domingo, 2 de octubre de 2011

Salir Pitando

Como ya venimos comentando en el anterior post, España no atraviesa por su mejor momento en lo que se refiere al mercado laboral. Un país en crisis, en el que las empresas sufren por sobrevivir en un contexto en el que los ingresos no son suficientes para llevar a flote el negocio. Evidentemente no es un país que pueda ofrecer un trabajo digno a la gran mayoría de jóvenes que terminan sus estudios con la esperanza de encontrar un trabajo que les sirva para independizarse y construirse una vida. Los empresarios, cada vez más, buscan la oportunidad en jóvenes estudiantes que, ilusos, aceptan trabajos con la premisa de “estoy aprendiendo”. Pero nada más lejos de la realidad, los estudiantes son “estafados” con sueldos bajos y condiciones precarias. En realidad, no debería extrañarnos. ¿Qué queremos pedirle a un país que se encuentra en tales condiciones? No se puede hacer más. Otro de los problemas, leyendo uno de los artículos propuestos, es que muchos jóvenes piensan que por tener más estudios, tienen más posibilidades que los demás, y se equivocan. Algunos de los jóvenes que escriben en el artículo, mencionan sus numerosos títulos, másteres, cursos… El problema es que en la situación en la que se encuentra el país, no importa cuánto hallas estudiado, sino cómo te desenvuelves en el mercado laboral. Lo que cuenta ahora realmente es la Actitud, tener una personalidad proactiva que fomente las relaciones interpersonales, la creatividad, y la innovación, es decir, buscar ahora más que nunca la Diferenciación de entre los demás jóvenes con los mismos estudios que nosotros. Al empresario lo que realmente le va a importar, es las sensaciones que le transmita ese joven, no sus estudios (que por descontado, deberán ser los básicos para el empleo). En una entrevista, una persona con tropecientosmil estudios, y una actitud reservada, cohibida, nerviosa… se queda sin trabajo. En cambio, un estudiante, quizá con una sola carrera, que sepa venderse a la perfección y transmitir esa seguridad a su entorno, a mi juicio tiene muchas más posibilidades que el anterior caso. Evidentemente, no estoy diciendo que continuar estudiando y preparándose para un futuro trabajo no sirva de nada, ya que tener los conocimientos necesarios es fundamental, pero pienso que lo que premia en estos momentos, tal y como hemos visto en los artículos, es el valor añadido de la persona.

En cualquier caso, lo que está claro es que el mercado laboral en España se encuentra en el por momento para nosotros. No obstante, las fronteras de España no terminan en un abismo. Ahí fuera tenemos varios países capaces de ofrecernos aquellas condiciones laborales que España no puede. Y tenemos miles de jóvenes que lo contrastan, y que han encontrado en lugares como Reino Unido, Alemania, Holanda… un lugar en el que poder independizarse, trabajar, y vivir sin horarios desmesurados, sueldos nefastos y una vida centrada en trabajar. La mejor opción, visto lo visto, es estudiar un idioma y "salir pitando” de aquí, para quizás, con esfuerzo, conseguir ese trabajo deseado que supuestamente nos sería tan fácil encontrar gracias a nuestros estudios. En realidad nuestros padres no nos mintieron, lo que no nos dijeron es que no sería en España.

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